La vida sexual de una persona que no es casada es una gran preocupación para Dios. Aunque te rebeles contra su posesión, le perteneces a Dios. Él te hizo y tiene el derecho absoluto de decirte lo que es bueno para ti. Y mi oración desde el principio es que puedas arrepentirte de tu rebelión, incredulidad y desobediencia, y que puedas confiar en Cristo para perdón y vida para la gloria de Dios. No eres de tu propiedad, fuiste comprado por un precio.
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No, la similitud en sí misma no garantiza una relación exitosa. A veces, las relaciones funcionan mejor cuando las personas son diferentes, cuando se complementan. Sí, a la mayoría de la gente le gustan los retos cuando se trata de relaciones. Por antonomasia, un miembro de la pareja quiere sexo, pero el otro no. O tal vez uno de los jurado de la pareja quiera un tipo de sexo diferente. Es importante no tomarse esto como algo personal, estrella hablar con tu pareja para resolver los problemas juntos. Los mejores consejos de relación para hombres consisten en convertirte en una mejor persona, en lugar de poner tiritas en tu relación. Consejos de relación para hombres solteros Pocos hombres quieren estar solteros cuando envejecen, pero algunos sí, y si es así, no hay carencia malo en ello. Pero para aquellos hombres que buscan algo a largo plazo con una pareja estable y cariñosa, cambiar la mentalidad es un buen punto de partida.
Muchos cristianos han hablado y escrito sobre el tema, algunos de ellos con un sincero desacuerdo. Si deseas conocer cómo respondí a esta pregunta en el pasado, puedes leerlo aquí. No fue porque no supiera la respuesta. Probablemente incluso tengas tu propia dictamen. Durante mucho tiempo he sospechado que la masturbación es menos una cuestión de moralidad cristiana que de granazón cristiana. Cuando somos inmaduros en nuestro caminar con Dios, buscamos reglas. Discutimos sobre las que consideramos poco amorosas y debatimos las líneas morales que parecen nebulosas. Pablo escribió en Romanos 6 que aquellos que no conocen al Señor son esclavos de sus propios deseos carnales. No tienen la libertad de elegir lo que es correcto, por lo que necesitan reglas y un castigo por romperlas.