Separadas

10 poemas fundamentales de Fernando Pessoa

Sitios populares de encuentros 107992

Juanes Lo habitual no es que un hombre bueno, ni una mujer tampoco hable de la falta de apetito sexual. Juanes lo hace en esta canción repleta de dobles sentidos. A Juan Esteban le han dejado y ha perdido «su cama» o lo que se puede entender como las ganitas de sexo. Por ejemplo, esta: «Que bonito mirar la sombra que hacen las rejas mientras meto las orejas en el centro de tu andar».

Desde el umbral de la herrería, macizo de escoria y de ceniza, los contemplo. Ahora los martillos giran, se ciernen sobre el yunque y caen lentos y seguros sobre el gavilán encendido. Ninguno se precipita y todos dan en su sitio: pin, pan, pin, pan, pin, pan… XIII El negro seguro y gigantesco se yergue sobre una pierna en el pescante. Sostiene firmes las riendas de la cuadriga y el carro se vence bajo el peso de la condena que se arrolla al soporte. La camisa azul del esclavo se abre en el cuello hasta mostrar el pecho y se afloja y abomba con el viento sobre la faja. Su mirada es tranquila y autoritario. El sol cae ahora sobre su pelo crespo y sobre el azabache pulido de su piel. Me apasiona este gigante pintoresco y también los cuatro caballos que gobierna. Me inclino ante los altares humildes y olvidados y no desdeño nada ni a nadie.

Licor -En alto vive, en alto mora, en alto teje, la tejedora. La araña -Tiene dientes y no come, tiene cabeza y no es macho. Ajo -Quién bebe agua por los pies? Avellana -Soy ave y soy llana, pero no tengo pico tampoco alas.

Leave a Reply

Your email address will not be published.