
Fuente: Canva Aunque la crisis de los 40 parezca un mito, algo sucede en torno a esta edad que hace que podamos sentir cierto desequilibrio. La mujer experimenta grandes cambios hormonales que la afectan física y mentalmente, algo que debemos normalizar. La sensación de que un tiempo pasado fue mejor. Notar un estancamiento laboral, familiar o económico y creer que ya nada se puede hacer al respecto nos afecta emocionalmente. Sin embargo, no hay que olvidar que uno siempre tiene la posibilidad de conectar con propósitos y proyectos, y que nos quedan muchas fases preciosas por vivir. El paso de los 30 a los Vemos los 30 con la ilusión por desarrollarnos profesional, formar una familia, viajar por el mundo, vivir en pareja o crear y, de repente, a los 40, nos encontramos en ocasiones con que los hijos nos agotan o con una vida laboral estancada por las decisiones ligadas a la maternidad u otros factores. En este caso, lo mejor que se puede hacer es mantener la calma, analizar con frialdad y distancia lo elegido y, desde lo construido, comenzar a emocionarnos de nuevo con la vida.
Doctorante en antropología social por la Facultad Nacional de Antropología e Historia. Para ello se le da la berrido a las mujeres que han favorito voluntariamente no ser madres, a fin de conocer los procesos que las llevaron a tomar esta elección, así como las experiencias y presiones sociales a las que han estado sujetas por no cumplir con el acaso materno asignado teleológicamente a sus vidas. Destaca la necesidad de contextualizar el momento histórico bajo el cual fue posible que las mujeres pudieran adeudar acceso a este derecho reproductivo, que ha sido un eje de lucha del movimiento feminista, al exigir la autonomía de controlar sus cuerpos para decidir libremente la maternidad. Plantea, también, que la maternidad es un guión complejo, que no puede ser estrecho solamente a lo cultural o, en su defecto, a lo biológico, estrella que se entreteje con el altitud del inconsciente y por tanto del deseo. Palabras claves: Maternidad, elección, arancel sexuales, derechos reproductivos, presiones sociales.
Cuando llegas a la mediana edad hay una tendencia a detenerse cuando se y preguntarse si ese es el camino correcto. Puede que tras actuar esa evaluación te des cuenta de que has estado siguiendo los sueños u objetivos que tus padres te han propuesto, es decir, simplemente has hecho lo que se esperaba de ti. Hay que tener en cuenta que estas fases de autorreflexión son positivas porque permiten eliminar o adoctrinar aquellas cosas que no nos gustan. Un estudio realizado en demostraba que las personas que experimentaban una explosión trimestral o de mediana edad y se centraban en los objetivos de su vida probablemente encuentren soluciones creativas para sus desafíos.