
Aunque mantenemos nuestra esencia, hay características personales que varían y que acaban afectando a las decisiones. Entre los 16 y los 20 años Publicidad Los adolescentes, en general, son cócteles de hormonas, emociones e idealizaciones que nutren el cerebro y lo hacen explotar en innumerables fantasías de película. Por eso, en el caso de las chicas heterosexuales, buscan a ese chico alto, guapo, mayor que ellas y con toque rebelde: un canalla en toda regla. En las ficciones americanas, estos sujetos sacarían pelotas del estadio sin despeinarse. Y es que a ellas les da igual si el chaval es buen tío o no. Lo que quieren es alcanzar su Everest, es decir, gustar al chico popular, generalmente con moto y que juguetea con los límites de la ley. A John Travolta en los años 70 o a Quimi de Compañeros en los
Arrepentirse Seguramente no haya recaído en ello, pero si presta atención, probablemente se de cuenta de que sus fantasía sexuales tienen mucho que ver con los distintos momentos de su ciclo menstrual. Durante mucho tiempo los investigadores han explorado el papel de las hormonas sexuales en la excitación femenina y masculina. Nuestra investigación pretendía buceador los cambios en las fantasías sexuales a lo largo de todo el ciclo menstrual, introducen los autores en su ensayo, que aclaran que se centraron en las fantasías porque éstas no dependen de la disponibilidad de pareja ni de otros factores externos. Como parte del ensayo, completaron un diario electrónico con un cuestionario a lo largo de 30 días en el que se indagaba sobre sus fantasías. Los datos revelan que, en las participantes, la media de fantasías sexuales fue de 0,77 al fecha pero en los momentos previos a la ovulación, concretamente los tres días antes, éstas aumentaron hasta 1,3 diarias. Y al parecer sí. No obstante, el contenido emocional de los mismos aumentó, mientras que el sexual disminuyó, aclaran los investigadores. En la generalidad de estas ensoñaciones participaban personas conocidas como la pareja o un ex novio, reconoce la directora del entrenamiento.
El pensamiento de hacer lo que dice el hombre y pensar sólo en el él ha cambiado. Ahora es la mujer la que tiene el poder y la que tiene sus propias fantasías sexuales. Las mujeres todavía tienen las suyas, aunque no siempre lo expresen verbalmente. Afortunadamente esto ha cambiado y no sólo por el bien sexual de la mujer estrella también del hombre. La mujer pide igualdad en todos los campos, y la carrera hacia esta igualdad todavía incluye al plano sexual.