El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren ser prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta sexual y prostituta desde hace ocho años. Las alumnas que van entrando al aula son chicas jóvenes, demasiado en algunos casos, con la experiencia con los hombres que una recién cumplida mayoría de edad te puede dar.
En cambio la obsesion por una madama o por un hombre puede acontecer en cualquier etapa de nuestra biografía. A pesar de que podemos admirar la obsesión por una persona como algo normal, la realidad es que obsesionarse con alguien puede llegar a causar algunos problemas psicológicos. Ahora perfectamente, la línea que cruza la alucine a la obsesión es muy fina. De esta forma, el amor obsesivo es una condición en la que una persona llega a obsesionarse con otra ya que cree estar acaramelado de ella. A pesar de que la obsesión por alguien no es una enfermedad de salud mental, la realidad es que esta forma de obsesionarse puede llegar a evolucionar en un trastorno de la personalidad o psicológico. Síntomas de la obsesión amorosa Detectar un problema cuando alguien siente una obsesión por una persona y sus síntomas puede ser difícil para la persona con que tiende a obsesionarse con alguien. La obsesión por una mujer o un hombre de manera casi enfermiza puede detectarse si existen las siguientes características.
Quienes padecen el trastorno de la caché por dependencia se caracterizan por un excesivo apego hacia otras personas, con rasgos de sumisión o adhesión, aun el punto de presentar una apremio constante y excesiva de esas otras personas se ocupen de ellos. Las personas dependientes tienen una necesidad patológica de ser cuidadas y protegidas por otras personas. Esto les hace gestar actitudes de sumisión hacia estas, alce el terror que les produce la posibilidad de ser abandonados. Otros faz comunes de las personas con dependencia son la timidez, la pasividad o la baja autoestima. Debido a estos factores, necesitan buscar una figura de protección. Esto evidencia que el autor genético resulta muy relevante a la hora de padecer este tipo de desorden.