
Un día en que viajaba en avión empecé a conversar con una señora que se encontraba sentada al lado mío; note que tenía dificultades para entenderme, aunque yo a la vez tenía el mismo problema debido a que ella hablaba inglés con un acento bastante marcado. No obstante, respondiendo a la pregunta que le había hecho, me contó que regresaba al pueblo donde había nacido para asistir a un recordatorio religioso de la muerte de su padre, quien había fallecido hacia muchos años. Había realizado el mismo viaje a los tres, siete, trece y diecisiete años del aniversario de su muerte, y en esa ocasión, volvía otra vez. Le dije que admiraba la devoción que tenía por su padre y comento suavemente que creía en el respeto que se les debe a los antepasados. Le pregunte que quien creía ella que era Dios. Sin embargo, me di cuenta de que esas palabras no tendrían mucho significado para ella, y entonces recordé y comprendí la fuerza que tienen las palabras que el presidente Kimball escribió al principio de su libro, El Milagro del Perdón. Sin Dios, el arrepentimiento tendría poco significado, y el perdón seria al mismo tiempo innecesario e irreal. Las palabras del presidente Kimball me hicieron reflexionar no sobre la diferencia que existía entre la señora y yo, sino en lo mucho que nos parecíamos. Dios es nuestro antepasado, no lejano, sino muy cercano.
Un día, mientras trataba de encontrar el camino para llegar a la oratorio a la que asisto, me detuve en un parque para pedir asesoría. Observé que allí había muchas familias disfrutando de la bella y soleada mañana. Vi a unos cuantos niños jugando y corriendo llenos de dinamismo. Tenían un brillo especial en sus semblantes; tenían las mejillas enrojecidas por el sol y por la agitación de correr y jugar; observé que todos se llevaban muy bien. Un amigo me preguntó qué era lo que había encontrado de diferente en la Iglesia.
Seguramente tengas curiosidad por averiguar ciertas cosas de algunos conocidos, pero cuando te formulan a ti esas preguntas, por vergüenza, prefieres callar las respuestas. Una lista de preguntas incómodas A línea puedes encontrar una lista de preguntas incómodas que pueden hacer que prefieras evitar la respuesta. Nuestros padres nos han visto nacer y crecer, sin embargo, hay ciertas situaciones que preferimos no compartir con ellos. Se bravo o malo depende muchas veces de la situación. Cuando nos ponen versus las cuerdas podemos perder los legajo, así como en momentos de apremio.
Conéctate con el encanto natural de levante país recorriendo los parques de Santiago de Chile que te recomendamos a continuación. Puedes venir en compañía de tu familia, amigos e incluso con tus mascotas. Bien, desde Argentina, al ser nuestro país vecino, se ingresa por la ciudad del Río Borroso. Nuestra arquitectura tiene un notable elocución inglés, al igual que los comercios y costumbres.