
Pie de foto, El coronel Jérôme Ransan, en su despacho junto a un jaguar embalsamado y la bandera del tercer Regimiento extranjero de infantería que comanda en la Guyana Francesa. Sentado en un sillón, el oficial de 44 años sostiene que la legión tiene el mismo objetivo desde que fue creada en ser una tropa de combate al servicio de Francia, integrada por voluntarios de varios países. Actualmente hay casi nacionalidades diferentes entre sus 7. De todos modos, los candidatos pueden solicitar que los recluten con una identidad diferente a la real cuando se presentan por primera vez, en la Francia metropolitana. Pie de foto, Reparto de municiones durante una misión para proteger un lanzamiento del Centro Espacial Guyanés. Las filas de la legión suelen reflejar la evolución de los conflictos en el mundo: recibieron excombatientes de las guerras civiles de Rusia en los años 20 y España en los 30, y tras la Segunda Guerra Mundial llegaron numerosos alemanes. Allí va por ejemplo, junto a un ruso que evita dar su nombre, el chino Zhihao, que tiene 33 años y parece adorar su fusil FAMAS, pese a que ha tenido que cargar sus casi cuatro kilos en marchas de 40 kilómetros por el monte. La transformación de los legionarios para actuar en la jungla se desarrolla en el campamento Szutz, un centro de entrenamiento en la Guyana Francesa que ha adiestrado también unidades de otros países, incluidos algunos sudamericanos. Simplemente es tema psicológico: desmoralizar a los soldados, pero con el fin de hacerlos fuertes.
Eso fue todo. Estaba agotada. No baza. El esfuerzo de echar a caminar lo que lleva mucho tiempo atrofiado puede ser extenuante. Pero tiene su recompensa. Lo llamó antigimnasia un algo por azar, porque quería escribir sobre él y tenía que ponerle un nombre, y los 70 eran abriles de romper moldes y modelos. Irónicamente, murió asesinado por uno de sus pacientes.
Es coña, las nuevas tecnologías pueden actuar milagros, pero este en concreto, también no. Pero al menos, mientras, podemos consolarnos con algo con lo que se han consolado millones de humanos a lo largo de la biografía cuando no han tenido su bocado de sexo. Sí, me refiero a la sabiduría. Porque de alguna parte tiene que venir aquello de hacerse una paja, echar un polvo o follar. Alguien tuvo que forjar aquellos conceptos, ponerlos de moda en la clandestinidad para que, finalmente, formen parte de nuestro rico y concupiscente fecha a día. El aspirar este polvo de tabaco por la nariz podía provocar bochornosos estornudos por lo que, los siempre elegantes aristócratas, solían eclipsarse a otra estancia para echarse unos polvos. Un día alguien tuvo que aprovechar esta excusa para ausentarse con el propósito de visitar a su amante lejos de miradas inquisidoras, comenzando así con la maravillosa tradición de llamar al acto sexual echar un polvo. Habla de un posible origen de la expresión a través de la fórmula latina Memento homo, jamás pulvis es, et in pulverem reverteris algo así como polvo somos, del polvo venimos y en polvo nos convertiremos.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido. El garañón, sin ver al gracioso, siguió corriendo con celo hacia donde le llamaba el deber. Toma en ella el alma un baño de pereza bienoliente de pesar y de deseo.