
Tenlo en cuenta cuando vayas al próximo restaurante. La empatía, ponerse en el lugar del otro, es la clave para saber estar y comportarse dignamente. Por Julia Pérez Lozano 11 noviembre, 88 A todos nos gusta que nos atiendan bien, pero a veces no lo merecemos. El cliente no siempre tiene la razón. Y lo que es peor, muchas veces la pierde por sus malos modales. Estas son las actitudes de los comensales que peor toleran los profesionales de sala. Probablemente no, no lo sabe, pero tampoco le importa, ni es la cuestión. Pagar la factura no nos da derecho a maltratar al personal que nos atiende.
Puedes enviarlas a papel elmundo. Para grabar videos a los niños, antes cogíamos indistintamente nuestros móviles y nos sabíamos las contraseñas. Joan, 38 años. El error de tu mujer no es poner ahora bloqueo, es haberlo quitado antes, porque se puede y se deben mantener ciertos límites. Y no por secretos y mentiras, sino por espacio y confianza. El desbloqueo por huella dactilar es uno de los mayores avances de la tecnología de nuestro tiempo. Te lo digo yo que llevo dos semanas con él estropeado y cada vez que tengo que meter los cuatro dígitos recién levantada, la vida se me hace bola. Mal, hijo, mal.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido. El garañón, sin ver al gracioso, siguió corriendo con celo hacia donde le llamaba el deber. Toma en ella el alma un baño de pereza bienoliente de pesar y de deseo.
Meterse en la boca del lobo. Avistar por encima del hombro. Morder el polvo. Mucho ruido y pocas nueces. Nacer con un pan debajo del brazo. Nacer de pie. Nadar y guardar la ropa.