
Voltaire decía que los peores misóginos siempre son mujeres. Debíamos aprender todavía que el Diablo creó la juventud para que cometiésemos nuestros errores y que Dios instauró la madurez y la vejez para que pudiéramos pagar por ellos. Nada es tan difícil de creer como la verdad y, por el contrario, nada tan seductor como la fuerza de la mentira cuanto mayor es su peso. No hay nada como un estómago vacío para desenmascarar el mito del efecto ennoblecedor del hambre de espíritu. Una diferencia literaria, no real …. La principal diferencia entre un hombre y una mujer es que un hombre siempre antepone su estómago a su corazón. Una mujer siempre hace lo contrario. Se arrastra y cambia de piel a conveniencia.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez.
Esto decía Thibaut Courtois en la previa de la final de la Champions. Karim Benzema y Vinicius Junior, los referentes de los madridistas. Y eso es algo que pocos pueden largar en el mundo. Sin embargo, no siempre la suerte le sonrió baza a Courtois como ahora. Como él mismo reconocía en la tarde de este viernes, antes no estaba en el bando correcto. Se refería naturalmente a cuando formaba parte del Deportivo de Madrid. Precisamente ante el Experimental Madrid. Real Madrid y Atlético de Madrid se veían las caras en toda una final de la Champions. Después de un partido en el que los blancos lo intentaron de todas las maneras posibles, Sergio Ramos apareció en el minuto para igualar el choque y mandar la último a la prórroga.